Otra vez...

Cajón de Pandora 

Tengamos una plática en tono amistoso.

De niña siempre creí en la magia… En lo mágico en cierto modo, más allá.

Me maravilla el mundo. Dejo que me llene de emoción.

Pandora ¿por qué pones el amor romántico en mi camino y me lo sacas cuando más lo necesito?

Jugaste la carta de la muerte. Y la acepte. La jugaste en muchos planos. Y la acepte.

Una noche, madrugada… a finales, comienzos de un año, me enviaste estrellas fugaces, de esas que los mortales creemos nos traen lo imposible. Y te pedí. Pedí con amor de niña de trece, de catorce, ya no recuerdo. Pedí con la inocencia que ameritaba la situación. Con la pureza. Y tomo un poco de tiempo, y sentimientos fueron creciendo. Cruce la mitad del mundo por el amor que me ofrecías. Pandora, bien lo sabes.

Pero me traías malos vientos Pandora. Abrí una herida, creyendo que era lo mejor, para ser lo mejor de mí, para amar con lo mejor de mí. El veneno de esa herida me enfermo, y esa enfermedad daño el amor que habías puesto a mi lado, y se rompió. Y cruzando el mundo en otra de tus pruebas, me abandonaste y traicionaste, me sacaste el amor otra vez, sin darme una oportunidad. Honestamente no me la diste.

¿Y entonces que Pandora? 

¿Me  haces una bruja fuerte?  ¿Me estás dando lo que te pedí? ¿Me estás dando una lección?

-          Pandora no responde…